Quien no haya estado en Marruecos, no ha podido verlas en toda su grandiosidad, sólo una imagen tridimensional podría acercarnos de forma torpe e incompleta a tan sólo algunos de los recuerdos vividos, y digo incompleta ya que nos faltaría el aire, el sol, los mil aromas y la cercanía de sus gentes .

 

Son las Kasbahs las que hoy están en mi memoria . Transitando por los caminos de ripio las vi acercarse, sin saber sus nombres, ni lo que eran y el corazón se aceleraba de emoción ante aquello que desde mi incomprensión reconocía de forma instintiva como algo grandioso e imponente . Por primera vez, en aquel viaje, veía una construcción magnífica que a ojos vista, no tenía la grandiosidad de los vacíos, fríos, superfluos y principescos  palacios que se encuentran por doquier a lo largo y ancho de la geografía marroquí, frente a ninguno de ellos sentí nunca un verdadero interés, pues los que valoramos a los distintos pueblos en su auténtica diferencia, sabemos que si hay algo realmente repetido, está en el lujo aburrido de los muchos, que hacen ostentación . Esto era diferente, diferente en su calidez, en su humanidad y su tremenda y elegante sobriedad me hablaba de haber envejecido, albergando vidas sencillas y preciosas. No eran monumentos al lujo y a la pobre vanidad, eran monumentos a la vida . Quizás por eso, no más verlas la emoción me quitó literalmente el aire. Por aquí y por allá habían algunos niños jugando que negaban la total soledad que hacían suponer, algunas de sus partes desgastadas y destruidas .

Al primer golpe de vista y a lo lejos, se confundían sus bordes con el color de la tierra, pero al acercarme distinguí la muralla y la multitud de viviendas que protegía .

 

Ahora, después de mucho tiempo, sé que por suerte hay muchas kasbahs en Marruecos, pero la otra cara de la moneda, me cuenta que se están cayendo y en ruinas.

El Ministerio de Cultura (?...) Marroquí recibía en el año 1997 sólo el 0,1 por ciento del presupuesto total de la nación, dato este, que nos muestra cierta y evidente pasividad respecto de aquel gobierno a la hora de proteger el precioso patrimonio que se desmorona por momentos .

 

Una kasbha es una vivienda unifamiliar fortificada. Un ksar, singular de ksur, es un conjunto de viviendas colectivas fortificado. Actualmente existen aproximadamente 600 ksur, 200 de ellos habitados al 70 por ciento, 100 de ellos habitados en un 50 por ciento y el resto en ruinas . Respecto a las kasbahs, existen 100 habitadas, 50 recuperables y 150 en ruina absoluta . Lo que es evidente, es que este tipo de arquitectura está en vías de desaparición .

 

En el año 1992, el arquitecto marroquí, Faissal Cherradi, educado durante 14 años en Granada, tras no cortas y difíciles negociaciones  con el patrimonio y administración  marroquí, pone en marcha un proyecto para recuperar estas "fortalezas de barro", impulsando el CERKAS, centro de conservación y rehabilitación del patrimonio arquitectónico de las zonas atlásicas y subatlásicas . La finalidad de CERKAS es, además de conservar y restaurar edificios y conjuntos arquitectónicos ,  preservar su monumentalidad y al mismo tiempo, a través de la creación de una red administrativa , fomentar atracciones turísticas generadoras de un crecimiento sostenible, empleo y potenciar el hábitat rural, evitando de esta manera el doloroso éxodo que inevitablemente amenaza esta forma de vida.

 

Ya por el año 1998, Faissal y su trabajo eran conocidos en todas las Kasbahs de Marruecos, durante los años que duró el impulso de su proyecto, trabajando con apretados presupuestos que incluían trabajar sin teléfono , por su falta de pago. Su ardua y desinteresada tarea, fué conocida y reconocida por aquellos que serían sus más directos beneficiarios. Desde el año 1996 , el presupuesto económico de CERKAS, está congelado y Faissal no ceja en su empeño por reimpulsar el proyecto .

 

Cuando era niña, mi tío me regaló un libro que atesoré a lo largo de mi infancia y se llamaba " Civilizaciones Desaparecidas, Pueblos Vivos " y versaba sobre los legendarios y enigmáticos Incas, Mayas y Aztecas. Efectivamente dichos Pueblos vivían a través de sus descendientes y en cada uno de ellos, pero sus civilizaciones, aunque imponentes, habían desaparecido , dejando sólo pequeñas muestras como el Machu-Pichu y algunos monumentos que la selva perdonó la vida . Ojalá que  las Kasbahs de Marruecos  nunca protagonicen libros como el de mi infancia , llenos de pasado y carentes de presente.

 

Espero, que si tenemos la dicha de volver, podamos seguir caminando por sus interiores frescos, como el amanecer del desierto, mientras los niños juegan en las eternas Kasbahs .